domingo, 5 de octubre de 2008

“Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”

“Lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”

Es común observar como ante la adversidad- y ahora parece que las dificultades arrecian- la inercia del derrotismo nos lleva demasiadas veces a decir “no puedo”.

El detenerse en lamentaciones constantemente, el buscar siempre responsables causantes de nuestras desgracias, si bien es algo que nos parece natural, no nos ayuda precisamente a enfrentar el futuro con las riendas de nuestra propia vida.

Demasiadas veces somos nosotros mismos los que nos ponemos nuestros propios límites al pensar de entrada que no podremos lograrlo.

Hay una actitud diferente, una actitud optimista y positiva que se basa en una gran confianza en uno mismo y en la vida, que no teme las dificultades pues las asume como parte de la vida aprendiendo  de ellas, y que sabe hallar fuentes de satisfacción en lo que uno tiene y en los que nos rodean, más allá de lo que los demás llaman éxito. Se trata de una actitud abierta que por optimista, sabe reconocer las oportunidades que pasan casi invisibles ante nuestros ojos.

…Pero tener verdadera convicción en nuestros sueños no es lo más usual, más bien nos están inundando de incertidumbre sobre todos y por todo.

En verdad creo que una buena dosis de de juventud e idealismo cuando impregna la vida, la vuelve dúctil ante nuestros pasos.

Si estamos firmemente convencidos de que tarde o temprano llegaremos a donde queremos ir, y actuamos con ese espíritu de victoria, habremos hallado una de las llaves del verdadero poder interior. Más allá de los miedos y temores parecer ser que hay en nosotros un poder interno esperando a ser reconocido, una fuerza insospechable que se abre paso a través del optimismo.

jueves, 17 de julio de 2008

Para que una civilización se mantenga en un nivel elevado, debe establecer la armonía entre el espíritu y el alma

No es la primera vez que uno intenta expresar algo y de pronto, en una lectura, vemos reflejado justo lo que queríamos decir.
Eso me ha pasado con un filósofo tal vez desconocido para muchos, pero de una gran relevancia en Grecia a cominezos del siglo XX: Nikos Kazantzakis.


Kazantzakis distingue en Vida y obra de Alexis Zorbas (novela que dio lugar al film mundialmente conocido de "Zorbas el griego") tres tipologías de hombres:

· Los que se fijan como objetivo de la vida, como ellos dicen - el comer, beber, amar, enriquecerse, llegar a ser famosos;
· Luego, los que se fijan como objetivo no su propia existencia, sino la de todos los hombres; ellos sienten que los hombres no son sino uno y se esfuerzan por iluminarlos, amarlos tanto como pueden y hacerles bien;
· Finalmente, están aquellos cuyo objetivo de vida es vivir la vida del universo entero: todos, hombres, animales, plantas, astros, formamos una unidad; no somos sino una misma substancia que desarrolla el mismo y ancestral combate de transformar la materia en espíritu.



En una magistral intervención para la BBC de Londres que data de 1946, Nikos Kazantzakis expresa esta primacía de los valores espirituales:


"Para que una civilización se mantenga en un nivel elevado, debe establecer la armonía entre el espíritu y el alma. Esta síntesis debe ser el fin supremo de la lucha actual de la humanidad. La tarea es difícil, pero la llevaremos a cabo en tanto sepamos claramente lo que queremos y adónde vamos.


"Pero antes de llegar allí, es natural que vivamos el caos y la anarquía, el caos moral y espiritual. Cualquiera que hoy día entre en contacto con hombres conscientes, en cualquier parte del mundo, observa hasta en ellos las consecuencias inevitables de la guerra, es decir, los resultados de la angustia y del hambre, cansancio, ansiedad e incertidumbre; y por sobre todo la ausencia de una moral estable, universalmente reconocida, sobre la cual se pueda reconstruir la vida interior del hombre de postguerra. Pues en esto no debemos engañarnos. La verdadera reconstrucción no es la de las usinas, los barcos, las casas, las escuelas y las iglesias destruidas por la guerra. Una civilización no puede establecerse sino sobre fundamentos espirituales. La vida política y económica está gobernada por las realizaciones espirituales del hombre. ¿Cómo podrá el hombre rehacerse interiormente en un clima de cansancio, de ansiedad y de incertidumbre? No hay sino un solo medio: movilizar todas las fuerzas de luz que están adormecidas en cada hombre y en cada pueblo.


"En este momento, no hay otra salvación. Debemos movilizar todos nuestros recursos para combatir la mentira, el odio, la pobreza y la injusticia. Debemos llevar la virtud a este mundo.


"¿Cuáles son los hombres que van a llevar adelante los recursos morales de la humanidad. No podemos esperar que este grito, este toque de llamada, el más importante de todos, venga de jefes temporales. Sólo los jefes espirituales del mundo pueden y deben cumplir esta noble misión, por sobre pasiones personales. En nuestros días la responsabilidad del pensador es muy grande. Pues las pasiones son ciegas y engendran la lucha y las fuerzas materiales que el espíritu ha colocado en las manos de los hombres son formidables. De su uso depende la salvación o la pérdida de la humanidad. Miremos claramente la época peligrosa que atravesamos y veamos cuál es el deber espiritual del hombre hoy. La belleza no basta ya, ni la verdad teórica, ni la bondad pasiva. El deber espiritual del hombre hoy día es mayor y más complejo que en el pasado. Él debe aportar el orden en el caos después de la guerra y abrir un camino. Debe descubrir y formular un nuevo grito de llamada universal, capaz de establecer la unidad, es decir la armonía entre el intelecto y el corazón. Debe hallar las palabras sencillas que una vez más van a revelar a los hombres esta verdad muy simple: los seres humanos son todos hermanos".

sábado, 7 de junio de 2008

El trato amable

Hoy he quedado gratamente impactado por la amabilidad y el buen trato que he recibido por parte de un joven en la calle, cuando le pedía orientación para encontrar una dirección. Su cordialidad se mantuvo a pesar de mi torpeza para entender sus indicaciones. La verdad es que me iluminó el día.
Las buenas maneras en el trato con los que nos rodean muestran en la persona una sensibilidad, un interés por los demás. Por el contrario la falta de consideración y las actitudes descorteses, cuando no agresivas, nos hablan de una sociedad llena de individuos que solo miran para sí y difícilmente están abiertos a la empatía y la convivencia.
Hablar de normas de cortesía y urbanidad no supone someterse a un complejo catálogo de normas de conducta, sino actuar sabiendo donde estas y con quien, siempre bajo una inspiración de respeto a la dignidad de las personas en general y a sus circunstancias particulares.
He observado que una persona es naturalmente amable cuando su vida está permeada de valores éticos y estéticos, cuando la empatía se convierte e una verdadera apertura del "yo" hacia el "nosotros".
La sonrisa, el gesto amable, el tacto en el trato demuestra consideración, generosidad y capacidad de mantener el buen ánimo más allá de las propias circunstancias. La amabilidad es una muestra de serenidad y completura de quien ha coronado con un corazón noble y bondadoso la polifacética personalidad, facilitando una armonía entre el pensar el sentir y el hacer.

sábado, 10 de mayo de 2008

Vivere deinde philosophare

Decía un antiguo pensamiento romano: Vivere deinde philosophare, (vivir, despues filosofar).
¡Cuanto tiempo ha estado la filosofía alejada de la vida!, condenada a la imagen de un enrevesada especulación intelectual, fria y esteril y en nada proxima a la vida cotidiana, sus miserias y elegrias, sus preguntas y sus necesidades de respuesta. El pensamiento, la imaginación, no pueden convertirse en un refugio que nos aisle de la realidad, sino una antorcha que ilumine una pletótica vida llena de experiencias.
Por eso, cuando el hombre desarrolla una de las más bellas cualidades que posee, que es poner la luz del entendimiento sobre la experiencia de la vida, todo se torna más vital, más colorido, más rico.

Pensar, sentir, hacer... como una unidad que busca y haya sentido a la vida.
No hay filosofía verdadera si no hay vida, si no hay amor y compromiso vital que conmueva y mobilize a todo el ser hacia su plena realización. Tampoco creo que haya aventura más emocionante que vivir con la conciencia abierta, aprendiendo a cada paso y tratando de desplegar el infinito abanico de potencialidades que guardamos, a la luz de ese discernimiento, con la proa puesta hacia un ideal de vida.

domingo, 4 de mayo de 2008

¿Amanece?,¿anochece?.


He visto amanecer muchas mañanas y la espera a veces te sorprende, pues los primeros rayos, después de la aurora, no se anuncian con ruido. Cuando casi no se espera, atraviesa la infinita distancia un haz de luz que se clava en la mirada, y el inmenso horizonte comienza a revelar sus reflejos ante el impacto del sol.
También veo atardecer, y es serena la espera pues sabemos que sobrevendrá la noche y su velo de sueño.
Pero hay un momento en ambos pasos que si los detenemos en su trayectoria no los sabríamos reconocer. ¿Amanece?, ¿anochece?.

Tal parece suceder cuando el “sol de la civilización” está en la línea media del horizonte. ¿Hacia donde vamos?. ¿son los colores vivos de ideales y utopías reclamados, señal de un nuevo amanecer de tiempos mejores?, ¿o es su brillo ante la presentida noche, que en la nostalgia eleva un último canto y se presta el sueño y al misterio, mientras su helado manto se apresura a ocupar su trono entre los hombres…?
Solo el hombre sabe apresar el sol en su farola, para alumbrar la oscura noche.

jueves, 17 de abril de 2008

Tener objetivos


Todos sabemos que si queremos tener éxito en aquello que acometemos necesitamos planificar para lograr nuestras metas. Lo contrario es ir a la deriva de los acontecimientos y la vida. El proponernos diferentes objetivos a alcanzar nos permite tener una ruta a seguir y una línea de esfuerzo.

He encontrado una definición sumamente sencilla pero sugerente, de lo que es un objetivo, y que me ha llevado a algunas reflexiones:
“Un objetivo es un acontecimiento querido anticipadamente y que nos proponemos que suceda”
“Sin objetivos jamás podríamos determinar el sentido de nuestra acción”

Esto lo podemos trasladar al terreno de nuestra actitud vital.

Ciertamente que en la vida podemos diferenciar entre esas dos actitudes: el dejarse llevar y vivir sin sentido, y el tener un proyecto de vida, tener objetivos a conseguir.

No estaría demás preguntarnos si, más allá de la supervivencia, nos proponemos algunos logros, si somos el fruto de lo que hemos soñado o simplemente un resultado de lo que otros han planificado para nosotros.

Cuando nuestros objetivos tienen una doble vertiente, con respecto a uno mismo y con respecto al mundo que nos rodea y sus circunstancias, la vida nos aporta una sana tensión vital que nos aleja de las miasmas de la depresión y la abulia, (tan típicas de las sociedades occidentales) poniendo en nuestras manos las riendas de su conducción.
Nos lleva a comenzar a pensar y no a que otros piensen por nosotros, a sentir y no ha reaccionar, a ser actores y no espectadores de nuestra vida.
Una buena formula podría ser: saber elegir lo posible mejor, imaginarlo, desearlo y trabajar por ello.

Esta es una buena pregunta para hacernos de vez en cuando:
¿Cómo quiero ser?
¿Cómo quiero que sean las situaciones?

viernes, 4 de abril de 2008

Buscar la verdad




Decia Goethe:
"El amor a la verdad se manifiesta en la capacidad da hallar y apreciar lo bueno en todas partes".
¡Qué lejos estamos hoy día de hacer esto realidad!
Cuantas veces se disfraza de búsqueda de la verdad ese afán inquisitivo y morboso que empuja a tantas personas, especialmente en el ámbito de la comunicación actual, a hurgar buscando todo lo malo y escabroso, sea real o imaginario, convirtiendo en noticia o tema de conversación tan solo lo que despierta repugnancia y rechazo ante el “público espectador”. Y cuando no hay nada negativo que destacar se inventa o insinúa, o finalmente se abandona como hiciera la hiena que no huele a carroña.
¿No ha calado demasiado esta actitud en nuestro tiempo?. De hecho creo que cada vez más, a todos nos cuesta creer algo positivo de nada ni de nadie.
El amor a la verdad no puede mirar para otro lado cuando hay injusticia, pero busca la justicia para alzarla como ejemplo.
El amor a la verdad no puede hacer oídos sordos a la mentira y a la crueldad, pero busca palabras amables y gestos de amor.
No puede fascinarse con espejismos, pero trabaja por convertir la opinión en conocimiento.
El amor a la verdad no puede ser insensible a lo repugnante y grotesco, por eso busca la belleza y tiende a potenciar todo lo bueno.
Verdad sí… pero con amor.
Amor a la verdad

martes, 18 de marzo de 2008

Mente y corazón


Que razón tenía Schiller cuando escribía en su carta para la educación estética del hombre:
El camino que conduce al intelecto ha de abrirlo el corazón. Educar la facultad sensible es, por tanto, la más urgente necesidad de nuestro tiempo, no solo porque es un medio de hacer eficaces en la vida los progresos del saber, sino porque contribuye a la mejora del conocimiento mismo.”
Educar la mente y el corazón nos lleva a la sensatez y la bondad. Y tan peligroso entiendo que es la ausencia de lo uno como de lo otro.
He conocido personas que desprecian la inteligencia (como la lógica y el razonamiento) y colocan los sentimientos por encima de todo, y acaban cayendo en una suerte de exaltación emocional que sin control acaba en fanatismo sin cordura.
También he conocido personas tremendamente racionales y frías cuya vida carece de la calidez y el color de los sentimientos.
Creo que el soñado equilibrio entre mente y corazón solo es posible como sucede entre los platillos de una balanza: cuando sepamos establecer un eje, un fiel, que esté más allá de ambos pero que se manifieste básicamente en inteligencia y bondad. O como en el símbolo del Yin Yan, cuya danza encuentra su armonía a través del Tao ( el sentido de la vida).

miércoles, 12 de marzo de 2008

Invitación al arte








Invitación al arte
Ha sido un verdadero disfrute el paseo por la exposición virtual de obras de la The Florence Academy of Art. Alumnos procedentes de todo el mundo trabajan en su formación pictórica o escultórica bajo los cánones clásicos del arte.
Mirando el panorama actual uno se pregunta donde están los verdaderos artistas después de que la corriente imperante del siglo XX sepultara la búsqueda de belleza y la sensibilidad estética bajo toneladas de basura, eso sí, creativa.

Destaco de la pagina principal de la Academia de Florencia una frase de H. Flandrin: “En una escuela de bellas artes, uno tiene el deber de enseñar verdades indiscutibles, o al menos que procedan de los mejores ejemplos aceptados durante siglos”

Me alegra descubrir que todavía está viva la idea de que el espíritu creativo debe basarse en una sólida disciplina de técnicas de composición y armonía; que se asiente sobre una gran capacidad de observación de la Naturaleza y que explore lo mejor de la sensibilidad estética del hombre.
Me alegra descubrir que todavía hay un fuerte impulso para que el futuro sea construido sobre la base de lo mejor del pasado y no como un errático camino que no sabe de donde viene ni a donde va.

Me pregunto si hoy solo hay expresiones del arte como las que pretenden que “adoremos” en muchas de las exposiciones llamadas contemporáneas, o tal vez si haya un impulso importante que se abre camino en jóvenes artistas que no quieren crear solo mirando a la basura sino que aspiran a ofrecer en su obra algo mejor a la humanidad. Pero claro no son noticia y por tanto “no existen” porque las sagrados “medios de comunicación” han decidido que no encajan en su panorama de futuro.